La gobernanza del agua en las cuencas de los ríos Negro y Nare

Pensar en el desarrollo de un proceso donde diversos actores pertenecientes a una misma cuenca hidrográfica se encuentren y acuerden acciones colectivas que contribuyan al cuidado y conservación del agua y el patrimonio natural, ciertamente parece una tarea titánica en medio de constantes tensiones por el uso y aprovechamiento de los recursos hídricos por parte de los sectores público, privado y comunitario.

Sin embargo, la apuesta de Diálogos por la Custodia del Agua del Oriente Antioqueño, abanderado por el colectivo de líderes y lideresas procedentes de 20 municipios de las cuencas de los ríos Negro y Nare (entre los que se encuentran los municipios Rionegro, Marinilla, El Santuario, Guarne, San Vicente, El Carmen de Viboral, La Ceja, El Retiro, La Unión, Envigado, Granada, San Carlos, San Rafael, Santo Domingo, San Roque, Concepción, Alejandría, Guatapé y El Peñol), evidencia que sí es posible conversar y disentir con la institucionalidad pública y el sector privado, para luego ponerse de acuerdo en lo fundamental: la “gobernanza del agua”.

El camino hacia la articulación

Entre los años 2015 y 2016 estos líderes/as fortalecieron sus capacidades técnicas, políticas y socio ambientales en un proceso impulsado por el Fondo Mundial para la Conservación (WWF) y apoyado por el Proceso Estratégico Regional -PER, representado por la Corporación de Estudios Educación e Investigación Ambiental -CEAM. Todo, con el objetivo de que en una fecha posterior se pudiera establecer un evento de formalización de acuerdos con la institucionalidad pública y los actores empresariales que hacen presencia en las cuencas.

En octubre de 2016, después de múltiples discusiones y desacuerdos, organizaciones, gremios, empresas, mesas, redes, entes territoriales y el Ministerio Público, se dieron una cita para concretar acciones por la gestión integral del recurso hídrico, denominado “Diálogos por la custodia del Agua”. Como resultado se llegó a la concertación y formalización de aproximadamente 13 acuerdos que suponen el trabajo mancomunado de todos los actores alrededor de temas específicos, clasificados en cuatro grupos: la participación y la incidencia política para la custodia del agua; la conservación del patrimonio natural; el desarrollo rural sustentable y el agua potable; y saneamiento básico.

Las anteriores apuestas se constituyeron en la agenda temática del proceso, que durante los últimos cuatro años ha estado posicionándose en los escenarios regionales y municipales, con el fin de que los acuerdos se materialicen en los territorios. De estas apuestas algunas presentan avances sustanciales, especialmente las relacionadas con la responsabilidad social empresarial, dado que están bajo la tutela de la empresa privada que firma los acuerdos. Sin embargo, los temas asociados a la interlocución comunidad-instituciones públicas, presentan algunas fracturas que requieren promover nuevas conversaciones y repensar los acuerdos pactados.

Este es el caso de temas como, los Distritos Agrarios Supramunicipales, la formalización de la propiedad, el impulso e implementación de sistemas locales de áreas protegidas asociadas a experiencias de camanejo, el fortalecimiento de acueductos veredales, la compra de predios para la conservación de ecosistemas estratégicos y la participación efectiva para la custodia del agua en ambas cuencas. Estos acuerdos representan después de cuatro años un reto en el impulso de nuevos escenarios de conversación, que permitan avanzar con mayor contundencia en acciones prácticas, para la conservación del patrimonio natural de la región.

Diversidad de voces en la gobernanza del agua

Dado que impulsar y materializar la gobernanza del agua pasa por reconocer las concepciones que de ella misma tienen los diferentes actores que se encuentran en la cuenca, a continuación, se resaltan las percepciones que algunos miembros del colectivo de líderes del proceso de Diálogos por la Custodia del Agua tienen sobre la gobernanza, desde su experiencia.

Para Margarita Ortega del acueducto El Tablacito del municipio de Rionegro, “la gobernanza del agua es un sistema que articula los diferentes instituciones que luchamos por la conservación de los recursos naturales y consecuentemente con ello, de la conservación del líquido vital que es el agua”.

Para Robinson Urrea, de Eco Diálogos en el municipio de San Rafael, “la gobernanza del agua es un ejercicio comunitario y de participación en el cual se pretende hacer visible todos los procesos que giran en torno a este líquido preciado…por eso para mí los Diálogos por la Custodia del Agua han sido un ejercicio donde podemos visibilizar la importancia del agua y también de las comunidades que viven rodeando cada uno de los ríos y humedales que tiene el territorio”.

Para Pablo Guarín, miembro de la Veeduría Ambiental del Municipio de San Carlos, escenario de participación y control social que se constituye como resultado del proceso de fortalecimiento de capacidades de los Diálogos por la Custodia del Agua, la gobernanza es: “el resultado esperado de la acción colectiva de todos, en la planificación y programación concertada entre organizaciones, el Estado y las empresas privadas, para contribuir a la protección, manejo y uso justo y equitativo del agua, mantener la riqueza natural y aportar a la paz y el desarrollo regional del Oriente antioqueño”.

Como se observa a través de estas tres concepciones, la gobernanza del agua empieza por reconocer los diversos actores que habitan en una cuenca, hacen uso del agua en ese territorio y están interesados en proteger el patrimonio natural y, por supuesto, al líquido vital. Además de ello, la gobernanza en torno a un bien común como el agua pasa por la capacidad de los actores para conversar, disentir y posteriormente concertar acciones que contribuyan a la conservación y gestión integral del recurso hídrico.

El Ministerio de Ambiente lo concibe como un “proceso para la gestión integral del agua, entendida como bien común de todos los seres vivos, que promueve la participación activa e incluyente de los diferentes actores sociales en las decisiones y que articula múltiples culturas, saberes e instrumentos normativos formales y no formales, a diferentes escalas espacio-temporales, en contextos socio-políticos, económicos y ecológicos específicos” (IDEA, 2013).

De tal manera que, si se revisa la experiencia de Diálogos por la Custodia del Agua, a la luz de las definiciones que actores comunitarios e institucionales tienen acerca de la gobernanza del agua, el proceso se acerca a lo que debería ser en los territorios la expresión de la ciudadanía ambiental que según Dobson (2003) “se ubica en el terreno de lo público, de la acción pública y política para influenciar el cambio de los arreglos institucionales y normas que dan soporte a la gestión ambiental en lo local y global” y así incidir en las transformaciones necesarias de las políticas, procedimientos y acciones cotidianas para la sostenibilidad de la vida.

La ruta está marcada, las voluntades dispuestas, el reto está en deconstruir y reconstruir lo pactado en el proceso entre los actores participantes y otros que se quieran sumar a la apuesta y cuyo interés este en la conservación del patrimonio natural y el agua.

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