La Corporación para la Participación Ciudadana -Conciudadanía-, nació pocos meses después de promulgada la CPC y, a raíz de ella, quienes se la pensaron tenían una apuesta clara por la construcción de sujetos políticos y de una nueva ciudadanía crítica que se requería para hacer realidad ese sueño, una ciudadanía conocedora de la Constitución y con capacidades para exigir su cumplimiento.