Noticias

Un encuentro para celebrar la vida: Festival de las Mujeres y el Agua

Por: Alba Lucia Gómez Zuluaga y Gloria A. Alzate Castaño

Con el frío de la mañana como compañero, a eso de las 6:20 a. m., el 13 de julio estábamos en el parque de Sonsón, tomando tinto para calentarnos y disponernos a vivir la emoción del Festival de las Mujeres y el Agua, en el municipio de Sonsón. De ahí nos acercamos a la casa de la Asociación de Mujeres María Martínez de Nisser, que ha liderado este festival de manera exitosa y cada vez mejor. Allí ya estaban listas muchas mujeres, hombres, niñas y niños, con la alegría que despierta el compartir, listas para subirnos a las chivas que nos llevarían rumbo a la vereda Los Planes, sector La Nubia, en límites con el municipio de Aguadas, departamento de Caldas, pasando por seis veredas[1].

El Festival del Agua y las Mujeres es una iniciativa que se celebra cada año para vivir la experiencia del cuidado de la vida y el agua, la sostenibilidad y la soberanía alimentaria, la economía local y circular, el fortalecimiento de la autonomía económica de las mujeres y la reconstrucción del tejido social. Una propuesta que conjuga todos estos elementos para posicionar una apuesta integral y poderosa de conocimiento y apropiación del territorio. Y como es el Festival de las Mujeres y el Agua, su motivación fue celebrar la vida y disfrutar del río Arma.

Ellas, como mujeres resilientes, creadoras e innovadoras, que con sus acciones impactan su territorio y sus comunidades, eligen una cuenca de un río donde convergen varias veredas que, en general, han sido afectadas por el conflicto armado y están alejadas del casco urbano de Sonsón. Lo que llaman la periferia o la “Colombia profunda”, donde los servicios del Estado y la garantía de derechos no son tan visibles como debieran.

Luego de reunirse a gestionar y concertar el festival con los actores institucionales de la vereda, como la comunidad educativa o la Junta de Acción Comunal, se despliega una ruta logística minuciosa y agotadora para gestionar espacios, recursos físicos, financieros y apuestas comunes con actores internos y externos que se suman a este festival ganador, como lo ha sido hasta ahora. Entre ellos, la Corporación Conciudadanía, que siempre se ha vinculado respetando la autonomía e iniciativa de las mujeres; este año como una de las iniciativas ciudadanas en el marco de los Planes de Vida que están en construcción en la mayoría de municipios del Oriente, en alianza con la Asociación Regional de Mujeres del Oriente – AMOR.

  

Nuestro recorrido fue un espectáculo: ver la belleza de la naturaleza, la imponencia de las montañas y los paisajes. Pasamos por el río Sirgua hasta llegar al río Arma, cuencas donde ya existen dos hidroeléctricas.

Llegamos más o menos a las 9:30. Claro, en el lugar ya estaban las mujeres de la vereda a la orilla del río Arma organizando todo, prendiendo el fogón de leña y listas para empezar la preparación de un gran sancocho comunitario para un grupo de aproximadamente 150 personas, tarea a la cual se sumaron los hombres y mujeres que acababan de llegar. Pues es simple: la tarea es más fácil, amena y rápida si se hace en colectivo.

Simultáneamente, otras personas organizaron los espacios para la venta de sus productos orgánicos como miel, encurtidos, chocolate, café, cremas, productos de pancoger, variadas artesanías y amplios saberes de las mujeres, incluido el de plantas medicinales. Se instaló la exposición de ropa de segunda para la venta a muy bajos precios, los productos para truequear, y no podía faltar el espacio dedicado a hablar del primer territorio que habitamos y que debemos conocer, cuidar y respetar: nuestro cuerpo. Todo esto ubicado en manteles tendidos en la playa.

El espacio dedicado a nuestro cuerpo femenino generó temores, inquietudes y preguntas. Poco a poco, los y las participantes se fueron acercando a conocer sobre la salud menstrual y la pedagogía de espacios seguros y no violentos para las mujeres.

Así transcurrió el día, entre ventas, intercambios, disfrute del río, risas y conversaciones amenas, donde todo se hace entre todos y todas y hay para dar y convidar. Y lo mejor: sin conexión, pero totalmente conectados con la naturaleza.

Al final de la tarde, nuevamente nos vemos montadas en la chiva rumbo a Sonsón, y de ahí a nuestros pueblos.

Espacios como estos nos devuelven la esperanza de sabernos comunidad en abrazo con todos y con todo, con la familia, el vecino, el que llega de otro lado y con la naturaleza vital que nos envuelve en sus paisajes y sonidos; para gritar al unísono Otro territorio es posible y otro Oriente también.

Gracias María Martínez, Gracias AMOR, Conciudadania y demás colectivos e instituciones que se sumaron a disfrutar y sentir la alegría de estar juntxs.

[1] Corregimiento Los Potreros. Veredas: Sirguita, Los Potreros, La Giralda, La Francia, Media Cuesta – San José, El Bosque y Los Planes.

0 Comentarios

Mantente actualizado/a

Suscríbete a nuestro boletín

Conéctate con la agenda y la información más reciente sobre la participación ciudadana en Antioquia.