Ideas para acompañar procesos juveniles de manera exitosa

Los nuevos contextos planetarios y nacionales exigen la integración de las nuevas generaciones en las políticas y proyectos de impacto social. Esto supone un reto para las instituciones y organizaciones cuyo público son las organizaciones de base social, pues si quieren sostener y cumplir sus objetivos a largo plazo, deben hablar de procesos que pasen de generación a generación, o mejor aún, entre generaciones. Este artículo explora algunas reflexiones y recomendaciones que surgen para este reto de integración generacional, a partir del acompañamiento de Conciudadanía, en el marco del proyecto Tejiendo Acciones Conjuntas (TAC), durante el proceso de conformación de MIJOS: Movimiento Independiente de Jóvenes del Suroeste.

Mucho se ha hablado del protagonismo de las juventudes en el estallido social del 2021, y en el caso del Suroeste antioqueño ese fenómeno no fue la excepción. Gran parte de las juventudes que hasta ese entonces nos habíamos organizado en las Plataformas Municipales de Juventud, salimos a las calles y nos movilizamos para hacer sentir el Paro Nacional en cada pueblo. Como resultado de eso, surgieron procesos, colectivos y liderazgos con nuevas reivindicaciones. Conciudadanía, por su parte, enfrentaba el reto de integrar a esas nuevas ciudadanías. Así fue como desde el Suroeste empezamos a coincidir y a generar acciones mancomunadas para crear un espacio diverso donde las juventudes nos movilizáramos. Esto ha significado un camino con retos y aprendizajes mutuos, que pueden servir como pasos para las organizaciones y procesos que quieren integrarse con la población juvenil:

Paso 1. Llega con más preguntas que certezas

En lugar de imponer propuestas preestablecidas, es esencial abrir un espacio de diálogo genuino donde los y las jóvenes puedan expresar sus necesidades, deseos y aspiraciones. Esto implica reconocer y respetar su autonomía, permitiéndoles tomar el liderazgo en la definición de sus propios proyectos y procesos. Para eso es fundamental establecer relaciones horizontales, basadas en la escucha activa y la consulta previa, donde las organizaciones actúen como facilitadoras en lugar de imponer soluciones desde arriba. Este enfoque colaborativo garantiza una construcción auténtica y empoderadora, alejada de las dinámicas autoritarias y paternalistas.

Paso 2. Trata de entender la complejidad de la juventud

Debemos reconocer que la población joven es desafiante. Durante ese rango de edad que se establece de 14 a 28 años, son muchas las realidades que nos atraviesan, por eso nuestra insistencia en hablar de “las juventudes”, porque son múltiples, diversas y cambiantes. Esto implica tener mucha paciencia, superar la barrera de la estigmatización y hablar de temas “tabú”, incluso para reconocerse en el propio tránsito por la juventud. Eso permite tener acciones más pertinentes y adaptadas a las necesidades y realidades de las juventudes en cada contexto territorial.

Paso 3. Crea espacios seguros que permitan las construcciones creativas y colectivas

Estos facilitan el debate y la discusión de ideas en un ambiente horizontal, donde la palabra circula libremente entre los y las participantes. Se promueve que las juventudes proyecten sus ideas y las legitimen, al tiempo que se estimula la creatividad, la imaginación y la innovación. En ese sentido, el liderazgo recae en las juventudes, mientras que la organización cumple su función de asesorar, acompañar y guiar. Como resultado de eso, se tendrán acciones atractivas y acordes a las tendencias juveniles, manteniendo el reconocimiento y respeto por los seres humanos sentipensantes con los que se relacionan.

 Paso 4. Reconoce los diferentes campos de acción

Para la organización, aunque haya implicaciones personales, este es un trabajo con ritmos, horarios y pagos definidos. En cambio, para las juventudes, la línea entre lo personal y la movilización es muy delgada, sin horarios o pagos definidos. Esto es algo fundamental para leer las formas de trabajo de las juventudes y adaptarse a su constante movimiento. Por ejemplo, mientras las juventudes de MIJOS dedicamos gran parte de nuestro tiempo a múltiples procesos, estudios o trabajo, que desdibujan la línea de la vida personal, las asesoras de Conciudadanía tienen claridad sobre sus actividades personales más allá del trabajo, relacionadas con sus redes de apoyo y bienestar.

Paso 5. Reconoce que ellos lo hacen contigo o sin ti

Es crucial evitar la infantilización y la instrumentalización de las juventudes, reconociendo sus capacidades y el trabajo que realizan en sus procesos y territorios. Por ende, se debe fortalecer y acompañar los procesos ya existentes liderados por las juventudes, evitando crear espacios redundantes. Todas las acciones deben tener un sentido claro y ser útiles, evitando implementar proyectos genéricos sin una comprensión profunda del contexto, lo que podría llevar a caer en la trampa de cumplir indicadores sin considerar las necesidades reales de las comunidades juveniles.

 Encuentro de Juventudes Diversas por la Vida, realizado en Medellín en el 2022.

Ante estos pasos, cabe recordar que en el trabajo social no existen las fórmulas mágicas. Esto significa que, aunque una organización o proceso siga estas recomendaciones, no se asegura el éxito. De hecho, sería necesario problematizar qué se considera éxito en cada contexto. En el caso de MIJOS y Conciudadanía, a través del proyecto TAC, el éxito ha significado que las juventudes sentimos al Movimiento como algo muy personal e identitario, algo por lo que queremos seguir trabajando de manera autónoma. El acompañamiento por parte de Conciudadanía se mantiene, reconociendo su labor como organización y valorando sus aportes. Es por ello que, aunque no hay fórmulas, sí hay unos mínimos y unas rutas ya caminadas que pueden servir a quienes buscan generar procesos sociales de largo aliento con la integración generacional.

Y por supuesto, sería reduccionista plantear que esos mínimos y esas recomendaciones se agotan en esos cinco pasos. Por ello me gustaría compartir algunos consejos adicionales: plantea unos principios políticos claros, pasa los límites de la diplomacia y atrévete a parchar, recuerda que las acciones personales son el reflejo de una organización, y posibilita procesos donde las juventudes se sientan identificadas. Los esfuerzos por seguir estas sugerencias pueden generar impactos positivos en sus objetivos misionales como organización, pero, sobre todo, serán valorados por las juventudes y comunidades en general con las que se trabaje, porque nosotros también distinguimos entre lo que se hace por cumplir y lo que se hace con sentido.

Este artículo surge a partir de un proyecto de investigación cualitativa del año 2022, que exploraba la influencia de las prácticas de comunicación organizacional de Conciudadanía, en el proceso de conformación de MIJOS: Movimiento Independiente de Jóvenes del Suroeste.